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Poesías Marcianas y Vespertinas: *Oscar Oyaga.

Abre el teatro

Cuando se abra el teatro,

Las lágrimas serán parte de la obra.

Tú, la más oscura y cruel antagonista

Por fin sentirá excitación por destruir todo.

 

Entre doncellas y héroes,

Secundarios y dobles,

Maquillistas y músicos

Darán el ambiente que necesitas para una sonrisa perversa que te haga ascender hacia la estrella más alta.

 

Mataste, reíste, gozaste…

Pero cuando el telón caiga todos los personajes serán del autor

Por primera vez tus lágrimas serán de una persona no de papel

Quizás nunca fuiste la villana.

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MUJER BLANCA DE CABELLO NEGRO

La noche invencible aparece mientras el recuerdo de una bella mujer pasa por mi cabeza,
Tú, princesa de la belleza, territorio para mí desconocido,
Ofrenda a la naturaleza, amor extraño,
Piedad para este poeta que no resiste ante hermosa presentación incontenible.

Tocar tu piel, como la suave agua calmada que pasa por mis pies,
Acariciar tu cabello, tan oscuro y bello como el universo,
Privilegios recibidos antes, felicidades que no tienen contener,
Un paisaje pintado perfectamente, un sentimiento que se acomoda a tu sonrisa.

Princesa de la belleza,
Dueña de sonrisas y corazones,
Mujer blanca y cabello negro,
Todo esto escrito por un segundo contigo.

 

 

 

 

 

 

*Oscar Oyaga: Brutalizacion deberia ser mi nombre.
Estudio comunicacion social (mas bien lo que me interesa de ella), me gusta escribir, vivo en la pc, sino con el parche que tambien son otros locos que vivimos pensando en como armar una banda.

Le pueden preguntar en: http://www.formspring.me/corholio


Poesías Marcianas y Vespertinas: Allen Ginsberg

Allen Ginsberg. Autor de la Generación Beat, publica su poema en 1956, pero escrito en 1955, «Aullido».

Este texto fue uno de los que dio viraje a las lecturas de los Estados Unidos de la modernidad. La sociedad de los valores, y el decoro, queda relegada en las metáforas, figuras, ritmos, y recursos de la plasmación de palabras de las manifestaciones del ritmo cardiaco, de la respiración, el sudor. Eso que se siente en la boca del estómago y que devendrá en un suspiro, un eructo o una lagrima.

Aullido (Fragmento)

II

¿Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?
¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!
¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio! ¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!
¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!
¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos rascacielos se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla! ¡Moloch cuyas chimeneas y antenas coronan las ciudades!
¡Moloch cuyo amor es aceite y piedra sin fin! ¡Moloch cuya alma es electricidad y bancos! ¡Moloch cuya pobreza es el espectro del genio! ¡Moloch cuyo destino es una nube de hidrógeno asexuado! ¡Moloch cuyo nombre es la mente!


Poesías Marcianas y Vespertinas: Charles Pierre Baudelaire.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dante de una época decadente, Charles Baudelaire nació en Paris el 9 de Abril de 1821 y murió en la misma ciudad, París, a la edad de 46 años el 31 de Agosto de 1867. Nombrado poeta maldito por su vida entregada a los excesos, y a la contemplación de la belleza fue una garra desolladora de los valores burgueses que lo rechazaba junto al posterior grupo de escritores nombrados así en el libro de ensayos de Paul Verlaine “Los Poetas Malditos.

A continuación algunos fragmentos de poemas de Baudelaire de su libro las “Flores del Mal”.

Bendición (Poema No. 1)

Cuando, por un decreto de las potencias supremas,
El Poeta aparece en este mundo hastiado,
Su madre espantada y llena de blasfemias
Crispa sus puños hacia Dios, que de ella se apiada:

—»¡Ah! ¡no haber parido todo un nudo de víboras,
Antes que amamantar esta irrisión!
¡Maldita sea la noche de placeres efímeros
En que mi vientre concibió mi expiación!

Puesto que tú me has escogido entre todas las mujeres
Para ser el asco de mí triste marido,
Y como yo no puedo arrojar a las llamas,
Como una esquela de amor, este monstruo esmirriado,

¡Yo haré rebotar tu odio que me agobia
Sobre el instrumento maldito de tus perversidades,
Y he de retorcer tan bien este árbol miserable,
Que no podrán retoñar sus brotes apestados!»

El Vampiro (31)

Tú que, como una cuchillada,
En mi corazón doliente has entrado;
Tú que, fuerte como un tropel
De demonios, llegas, loca y adornada,

De mi espíritu humillado
Haces tú lecho y tu imperio,
—Infame a quien estoy ligado,
Como el forzado a la cadena,

Como al juego el jugador empedernido,
Como a la botella el borracho,
Como a los gusanos la carroña,
— ¡Maldita, maldita seas!

He implorado a la espada rápida
La conquista de mi libertad,
Y he dicho al veneno pérfido
Que socorriera mi cobardía.

Letanías  a Satán (120)

¡Oh tú!, el más sabio y el más hermoso de los Ángeles,
Dios traicionado por la suerte y privado de alabanzas,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

¡Oh, Príncipe del exilio al cual se ha agraviado,
Y que, vencido, siempre te yergues más fuerte!

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que sabes todo, gran rey de las cosas subterráneas,
Curandero familiar de las angustias humanas,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que, aun a los leprosos, a los parias malditos
Enseñas por el amor el gusto del Paraíso,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

¡Oh, tú, que de la muerte, tu vieja y fuerte amante,
Engendras la Esperanza, —una loca encantadora!